24 agosto, 2009

zagreb

Sin comerlo ni beberlo (bueno, bebiendolo si) llevo una semana en Zagreb!
Zagreb se ve en un dia, pero es lo bueno que tienen las ciudades que son para vivir en lugar de para ver. A las 9 ya estan llenos los cafes y los tranvias, que te llevan a cualquier parte gratis -creo que en realidad se paga, pero ante la falta de revisores yo estoy en modo ecoahorro en transporte-. Tiempo para dar una vuelta por lo que, constantemente comparando la ciudad con Viena, aqui llaman "la herradura verde", una cadena de parques en pleno centro muy recomendable para siestas y cerveceo vespertino. Yo no creo que haya que comparar Zagreb con Viena, si acaso Viena es como Zagreb pero mas grande y con austriacos (y con la maravillosa sede de la ONU, nunca le estare lo suficientemente agradecida a Cristina por empeñarse en ver esa grandiosidad arquitectonica)
Cada dia, a las 12 de la mañana, suena un cañonazo desde una de las torres de la ciudad alta, tiempo para poner en hora el reloj. Quizas sea por eso que los croatas me parecen germanamente puntuales, aunque el sabado llegamos dos horas tarde al špica. El špica se parece al paseo de los domingos: todos los zagrebienses se visten con su mejor ropa y salen a tomar cafe, a ser posible en una terraza con las sillas mirando en direccion a la calle para no perderse nada de lo que pasa.
No me ha faltado un paseo por Mirogoj, el cementerio de Zagreb, donde no encontre la tumba de Franjo Tudjman (presidente del pais durante la independizacion y por tanto heroe nacional) pero si encontre tumbas con nombres de gente que aun no estaba muerta. En plan "Zutanito Skanvsko: 1948 - (espacio vacio)". No se si esto pasa en otros paises pero en todo caso da muy mal rollo, aunque de todas formas Mirogoj es un buen lugar para pasear y meditar.
Los porteros de las discotecas de Zagreb tambien pasan un examen para que solo los mas capullos tengan ese puesto de trabajo, asi que no pudimos entrar en la discoteca el unico dia que lo intentamos (aunque lo agradeci porque me obligaron a ponerme unos taconazos croatas que me estaban matando). Si pasamos una noche entera-degustacion de todas las bebidas existentes en un bareto con canciones croatas donde conocimos a un frances que presumia de que su ventana sale en "Amelie" y se le ve medio culo.
Y aun me queda un mes de viaje!

1 comentario:

marga dijo...

IMPRESIONANTE.. he leido rapidito , llegue ayer a sevilla de Atenas
Te escribo y te cuento
besos tesoro