16 julio, 2008

blanco y azul

¡Las margaritas azules no existen! Y era mi flor favorita...debí de soñarla.

Los príncipes azules tampoco existen.

Pero sí hay escuderos que armados con pincel y témpera me acompañan a pintar de azul lo que todo el mundo se empeña en recordarnos que es blanco.

Y todo es mucho mejor sin príncipes y con perfectos ramos imperfectos.



10 julio, 2008

pensando en voz alta

Le dijo Risto Mejide a una concursante hinchosa de OT: "A ti te pasa como a mí, que o levanto pasiones o soy detestado. Pero prefiero una vida de altibajos a la mediocre regularidad de tus compañeros". Más o menos eso dijo. Vale, Risto Mejide no es el mejor punto de partida para ponerse a filosofar, y seguro que un montón de escritores e intelectuales guays habrán afirmado alguna cosa parecida, pero ya dije que paso de Cortázar y de Platón. Ayer nos preguntamos en una discusión delante de unas fajitas emplatadas y una pizza con chorizo: ¿es mejor ser mediocremente feliz durante toda tu vida sólo por el hecho de no planteártela, o pensar y ser consciente de las cosas y tener momentos muy intensos de felicidad y otros muy intensos de tristeza? Yo no supe cuál de las dos escoger. Cierto es que ya por la simple existencia de Miss Doña, que se plantea hasta de qué color son las nubes, no puedo elegir en realidad, pero si pudiera, ¿qué preferiría? Mi hermana Angela (sin tilde, que se enfada) y yo hablábamos el otro día de lo felices que éramos en nuestros mundos de Yupi y lo que jode darse cuenta de que las cosas no son tan chupiguays y no hay buenos y malos, verdades y mentiras, novios formales que te quieren con locura a-ti-y-nada-más-que-a-ti y amigos sólo de tomar café. Con lo agusto que estaba yo con mis principios maniqueos.
Me estoy leyendo un libro sobre Sendero Luminoso que escribió un joven periodista peruano, Santiago Roncagliolo, al que he estado a punto de mandarle un mail felicitándole en plan fan-Bisbal. Explicaba de que a medida que se iba metiendo en el tema iba perdiendo el sentido del humor, y ya sólo quería hablar de la guerra, y los que no hablaban de la guerra le parecían unos superficiales. Cuando leí eso me puse loca de contenta, porque al menos durante un rato lo comprendí todo: no hay que dejar de plantearse las cosas, simplemente hay que aprender a vivir con ellas. No pierde el sentido tu vida ni eres la mayor mierda del mundo porque te vayas una tarde con tus amigas de rebajas aun sabiendo que la gente se muere de hambre. Creo que el quid de la cuestión es que para salvar el mundo, antes hay que ser humanos. No podemos perder lo que nos hace humanos, aunque eso sea irse de botellón un viernes al Chile, porque sino nuestras quejas sobre las jornadas de 65 horas las estará gritando un autómata, sólo que en lugar de ser esclavo del consumo, es esclavo de la "revolución" (sea lo que sea que significa esa palabra, si es que aún tiene algún sentido). Hay que saber andar por la delgada línea que hay entre el me comprometo pero déjame que viva mi vida también y la hipocresía de nos reunimos para tratar la crisis alimentaria y nos comemos un menú de diecinueve platos (véase reunión G-8).
Bueno, que al final me he puesto más pesada que el Platón ese. Que lo que quería decir en realidad es que otra vez estoy más feliz que una perdiz, y aunque digan que decirlo es gafe lo volveré a decir, y volveré a caer otro día en la más absoluta de las miserias, y luego otra vez más feliz que una perdiz y así sucesivamente (aunque el helado no me lo he comido por si acaso). Que al fin y al cabo, yo he venido a hablar de mi libro!

07 julio, 2008

uno más!

Pasó mi cumple y sigo viva! Y sólo lloré una sola vez, y fue de emoción de escuchar a mi Ale-Sandra de mis amores desde el otro lado del charco.
Ha sido un cumple distinto, tranquilo. De regalo, además de los dineros de siempre, un bikini de niña chica, un bikini de tanga y un conjunto de tanga de leopardo rosa (esto de parte de mi padre y su mujer, junto con una colonia que no puedo echarme porque si dejo Ralph sería una persona diferente, de hecho ahora me huelo y no me reconozco). Con estilo, como yo soy.
Empecé de borrachera fundando una asociación cuyo nombre no puedo reproducir en un blog para todos los públicos y presenciando luego una pelea del Jordi, profesor enano de haikido coquero, con otro de su misma calaña sólo que más alto y sin haikido y que, por consiguiente, acabó con la cara partida. Después de todo eso, que la novia choni del Jordi resumió en un "Nos hemos emborrachao, nos hemos peleao, qué más queréééis??", llegué a casa y a las siete de la mañana me encontré esto montado: decidme si se puede tener una madre más graciosa que la mía!!

Lo curioso del cumpleaños también que la primera noticia que tuve es que la consejera se va a Madrid, lo cual me deja ante mis narices un destino ciertamente incierto justo ahora que había decidido ser un poco madura para variar y asumir todo el tema y tirar palante como los de Alicante. Pero vamos, que si me tengo que ir esta semana por causas ajenas a mí, pues mira, que tampoco me va a dar ningún jamacuco, oye! Eso sí, antes de irme me van a oír dos o tres!

Me ha felicitado muchísima gente! Y otros no, pero sé que puedo contar con unos y otros los 365 días del año, así que como decían en Argentina "no hay drama". Hablando de Argentina, el sábado intentaron ligar unos "argentinos" con nosotras y yo de sobrada les dije a mis amigas "Tías, osea, pasad de ellos, que se están haciendo los argentinos para ligar, que lo sé yo que sólo hace un mes que llegué de Bs As, qué pateticosss". Y el carné de nacido en Capital Federal que me sacó el chaval. Y el chaval que encima, hoy era el camarero del restaurante argentino donde me ha llevado mi madre a cenar por mi cumple al son de tango. Y lo más grave, que yo iba con el mismo vestido del sábado! Menos mal que no me ha reconocido, ohmaigod! Qué nostalgia por cierto cenando bife mariposa con música de Bajofondo...
Así que eso: tranquilidad, incertidumbre y alegría apacible; no está mal para los 24. De paso he enseñado un poco a mi hermanilla a nadar. Como veis, estoy mucho más madura!

03 julio, 2008

that time

Le hago caso a Ag.

02 julio, 2008

tarde de calor

Chica responsable y neurona loca buscan deseperadamente una canción con dos habitaciones para vivir durante una temporada.

Bailo y canto en las paradas de los autobuses hasta que llega alguien y entonces, por vergüenza, sustituyo el cante por el playback y aun así no me miran los conductores.

El-pre-sen-te-es-lo-ú-ni-co-que-te-ne-mos.

Viendo OT recuerdo a la entrañable Daniela (Dani para el resto de España) y sus videoclips porno pseudobisexuales (lo que le gustaba era arrimarse al tío) con peleas de almohadas.

Aunque dije hace unos días (o eran semanas?) que le iban a dar por saco a Cortázar y a Platón y iba a leer lo que me diera la gana, leo una frase del primero que me gusta para el armario huérfano de Regina: "Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo".

Guardo un helado hasta que ocurra una ocasión especial o justamente lo contrario.

Averiguo que para activar las defensas es mucho mejor un vaso lleno de mierda del Flaherty's que un Actimel.

Quiero escuchar canciones tristes en modo aleatorio el MP3 y me sale La tortura, Eres para mí y She's electric. Quiero escuchar canciones alegres en el MP3 y me sale El fuego y el combustible, Summer in the city y 5 minutos más.

Veo la película de las Bratz.

Pues tampoco me da ninguna nostalgia no ir a la típica rueda de prensa marronera de las ocho de la tarde. A lo mejor es que mi verdadera vocación es ser ama de casa desesperada y pasar de lo que pase en el mundo más allá de Wysteria Lane.

Vuelven a picarme las pulgas (malas todas).

Con el viento Sevilla parece vestida de otoño de cambio climático, con el suelo lleno de hojas secas que no aguantan más subidas tan alto y tan cerca del sol.

Quedan cuatro días para el día que lloro todos los años menos el pasado, o en realidad también. A veces creemos que en los días señalados tienen que pasar cosas grandes y no nos damos cuenta de que quizás son sólo una hoja más en el calendario (hasta que por una vez sí pasan cosas grandes y no lloras por primera vez o al menos lloras de felicidad). De todas formas me gustaría poder pasarlo aquí esperando algo.

Descubro que las chanclas de goma encogen en la secadora.

Sí que quiero vivir en el centro, fueraparte.

"La mitad del amor" es un mojón de canción de Calamaro pero que a mí se me pega (quizás por aquello de "ya no soy el viejo Andrés que no dormía jamás"). Calamaro está superfeliz de haber encontrado la mitad del amor. No seré yo quien vaya a decirle que en realidad hacen falta dos mitades: puede bastar mucho tiempo con una sola.

Soy pelirroja o al menos lo intento.

Veo un niño cuya madre debería perder la custodia. No sólo pasea a los perros a las 8.30 de la mañana en vacaciones sino que además lleva la raya al lado y pantalones cortos con calcetines altos. Y mocasines, por supuesto, para el calor.

Planeo ya mi próximo destino, y eso que todavía no he sacado toda la ropa de la maleta.

Por la noche oigo a través de la ventana la voz de una persona que no estaba pasando por mi ventana.

Yo me quiero quedar a vivir en Inevitable, de Shakira. Pero será mejor que me quede con las Más de cien mentiras de Sabina, por aquello de no caer en la autocompasión.