31 diciembre, 2007

quinientos veinticinco mil seiscientos

Como Miss Doña me hace cambiar de parecer y de sentir a cada momento, tengo que medir el año 2008 en minutos. Empecé el 1 de enero con el pelo recién (auto)cortado, más corto que nunca, como último recurso para dar un giro radical a mi vida, que acabaría dándolo por sí sola sin necesidad de alteraciones estéticas. Lo termino con el pelo más largo pero con mechas y gafas nuevas para empezar una nueva etapa. (igual de gansa)

Igual que el año pasado, la Nochevieja la pasaré con Ana hablando de tonterías y llamando a nuestros amigos por teléfono y pasándonoslos la una a la otra, aunque en esta ocasión no le tendré que explicar a quién le paso porque ya es la mejor amiga de todos mis amigos de Sevilla.
Al principio de 2007 intentaba salir de una historia que acabó poniéndose fea y llevando a Miss Doña a extremos insospechados, pero de la que me llevo un amigo para toda la vida al que quiero muchísimo. Al final de 2008 quizás parezca que ha cambiado todo para seguir igual pero no es así. Entre otras cosas hay un país nuevo en el mapa.
Los primeros meses de 2007 pasé frío yendo en moto a trabajar en la mesa del 21 -creada para mí-, y a veces a la facultad. Los primeros meses de 2008 pasaré calor en el metro yendo a mi nuevo trabajo donde no sé qué número de extensión tendrá el teléfono de mi mesa.
Lógico ya que pasé 2007 en el hemisferio norte y este año lo pasaré en el sur, tan lejos que casi podré comprobar por mí misma que los australianos no andan cabeza abajo aunque estén en las antípodas.
No he leído demasiados libros a pesar de pasar seis horas al día rodeada de ellos en una mesa demasiado desordenada, ni tampoco he ido muchas veces al cine, pero casi todas las historias y casi todas las películas llevan el mismo nombre.
He visto a mis amigas la tercera parte de las veces que hemos dicho "esta semana quedamos sin falta, salida obligatoria!", pero me han cundido como si fueran tres veces más.
Se deshizo definitivamente el piso basura, también mal llamado picadero, pero queda viva la mejor pareja de tres y un proyecto musical en común. En cambio pasaron dos compañeras de piso que hicieron de contrapeso entre el yin y el yang que somos a veces la cabra y el búho.
El póster de El Canto de el Loco se cayó un buen día y pensé: esto significa el final de una etapa, y no lo volví a colocar. También se cayó Audrey y la guardé porque ya me quedaba poco y me daba pena hacerle más agujeros a la pobre. Las paredes de mi cuarto se quedaron llenas de agujeros y vacías de Wonder Woman, calendario egocéntrico, Picadilly Circus, flyer de un restaurante de Praga y otros, aunque dejé la sabiduría de Regina pegada en el armario.
Todas mis cosas las metí en tres cajas blancas grandes, dos cajas de suavizante, la de la sandwichera, tres maletas y varias bolsas de Mango, y ahí seguirán durante la mayor parte de 2008 hasta que mi madre decida si cree que volveré para establecerme de nuevo en casa o para llevarme las cajas a otra parte.
Empecé 2007 escuchando diez veces al día "Transoceánica" y ahora es un blog donde cuento que he conocido y entrevistado a mi cantante preferido (en masculino, porque mi cantante preferida es mi madre como dice el título de un CD que le regalamos).
Carmen apenas decía dos palabras juntas y ahora se sabe todos los colores y de repente está sentada en el sillón y grita ¡Pájaro! como en La Hora Chanante.
Lo mejor de 2007 ha sido que empecé el año rodeada de gente que me quiere y que he acabado el año con ellos y con algunos más. Y con todos sigo en este vuelo transoceánico me lleve a donde me lleve.

24 diciembre, 2007

secuestros y navidad


La última noche que pasé en Sevilla, que gracias a Seur no será finalmente la última (sí, Seur, sois unos cabrones pero al final os tengo que agradecer que no os llevarais la moto para tener una excusa para volver) fui al teatro por primera vez. En la Sala Cero, a ver una comedia llamada "Estocolmo, ¡se acabó el cuento!" en la que los dos actores simulan secuestrar el teatro y, aunque caigan en alguno que otro chiste fácil, te hacen pasar una hora y diez minutos en la que se te olvida que es tu última noche y que fuera está lloviendo a mares y sólo te acuerdas de reírte y de ver cómo se ríe también quien tienes al lado y de sentirte feliz por ir por primera vez el teatro precisamente ese día. La recomiendo cien por cien aunque no os vayáis a ningún sitio.
En otro orden de cosas, como dicen los cursis, los de La Cerilla Mágica ya han publicado en www.publicatuslibros.com la antología con los relatos finalistas del concurso. Os iba a pegar el link completo pero se corta, no sé por qué, y además no quiero que leáis el mío, porque para mi disgusto han publicado una versión que mandé sin corregir a lo loco y por la que me gané una buena bronca. Prometo colgar la versión definitiva para que la leáis si os apetece. De todas formas os he dicho la página para que podáis leer los demás y veáis mi nombre ahí escrito si os hace ilusión.
Hoy en Jaén mi hermana y yo nos hemos encontrado un clip en el suelo a la vez y mi hermano y yo hemos visto a Piticli muerto en el suelo y nos hemos partido de risa. Esta noche cena para veintisiete en el salón de casa. Es una Navidad rara. Feliz Navidad a todos (no es obligatorio ser feliz porque estemos en Navidad, pero es bueno ser feliz sea el día que sea y como os quiero pues os lo deseo aunque no sea nada cool)

19 diciembre, 2007

entrevista transoceánica



Con el lío de la fiesta y de la mudanza no me ha dado tiempo a contar que el otro día vi realizado uno de mis sueños personales: entrevistar a Jorge Drexler, que cualquiera que se pase por aquí podrá darse cuenta sin investigar mucho que me encanta. Lo sé, estoy horrible en la foto y él sale un poco cabezón! Pero el concierto fue la hostia, no faltó ni una canción. Lo que tiene Drexler, aunque admito que puede ser un poco demasiado trascendental, es que cada uno de los momentos importantes de mi vida tienen de fondo una canción suya. Cuando cantó "Fusión", que una vez escribí en una nota que dejé sobre una almohada, casi se me saltan las lágrimas. Con "La vida es más compleja de lo que parece" también, porque tiene más razón que un santo. El "Polvo de estrellas" lo escirbí en la segunda versión de la dedicatoria de un libro y cuando me tocó firmar ejemplares en la feria del libro lo hice con una frase del "Guitarra y vos". Todas ellas, y otras, están juntas en una página de un libro sobre las pirámides que guardo en mi caja de latón. En la versión de "Dance me to the end of time" de Leonard Cohen disfruté viendo a la gente flipar cuando un tío empezó a tocar un serrucho como si fuera un violín, algo que ya había visto yo sola antes en las pruebas de sonido, en las que conseguí colarme gracias al amigo de mi padre que luego nos presentó a Jorge a mi amiga Isa, a un argentino arqueólogo y a mí en los camerinos. Me faltó el "Causa y efecto" pero se lo perdoné por darme una entrevista de tres minutos y eso que su personal de comunicación se lo tiene prohibido hasta que saque el nuevo disco en marzo.
En fin, las canciones de Drexler son la hostia, pero mucho más los momentos y la gente que hacen que tengan tanto sentido para mí. Aquí podéis ver la noticia que hice con la entrevista: http://es.news.launch.yahoo.com/dyna/article.html?a=/14122007/185/jorge-drexler-escribo-afan-perdurar.html&e=l_news

17 diciembre, 2007

fiesta de hastaluego

Tinto, cerveza, langostinos, ensalada de pasta, quiche casera, amago de tartazo en la cara, fotos, llanto, risas, conga, simulacro de incendio, cigarro en el patio, fregona, bombero stripper, bombilla que explota, un tanga dentro de una rosa, premio para la más sociable, marquitos de cuadros y vaqueros y de pana con botones o con botones caídos, competición para la bebida más cutre, zona vip en la cocina, asociaciones para hacer desfiles... Y sobre todo gente a la que quiero. No os podéis imaginar cómo me sentí el sábado en la fiesta, viéndoos a todos pasarlos bien y simplemente estar ahí, venir a despedirme antes de que me embarque en esta aventura. Aunque en los meses que me esperan sabéis y sabemos que encontraré a otra gente que me querrá y a la que querré -porque se conoce que soy muy entrañable-, también debéis saber que a vosostros no os olvidaré nunca. Os quiero muchísimo y os llevaré siempre dentro vaya donde vaya, y aunque esto sea la cursilada más grande que haya dicho en mucho tiempo me da lo mismo, porque es así, como la vida. En el avión no me monto hasta el 8 de enero, así que hasta entonces no me pienso despedir. Además, lo del sábado fue sólo un hasta luego. Luego puede ser un café esta tarde en La Campana -mira que están malos y caros los cafés y mira que siempre está petado y seguimos yendo- o un café dentro de dos meses en una cafetería junto al obelisco, o un café dentro de un año en La Campana o en cualquier otro sitio, pero desde luego, habrá un luego. Gracias a todos por estar en la fiesta y sobre todo por estar en mi vida.

12 diciembre, 2007

finalista!

Me arriesgo a parecer un poco egocéntrica, pero una no queda finalista de un concurso de relatos todos los días! Aquí cuelgo la noticia. Un orgullo doble por compartir, por segunda vez, páginas con Antonio, que también ha quedado finalista con un relato que se arriesgaba a ser descartado por políticamente incorrecto pero que es magnífico (mucho mejor que el mío por tu estilo filosófico-guachimonguer). En febrero se editará una edición digital con todos los finalistas, ya avisaré en su momento. Aprovecho para daros las gracias para todos los que creéis en mí, hayáis leído o no mis Historias de la Central.


David Villar se hace con el II Certamen internacional de relatos breves "La cerilla mágica"
El ganador y l@s finalistas se dan a conocer en la fiesta-entrega de premios que se celebra a esta hora este en Jaén y que preside Francisca Company, Delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía

(Noticiascadadía).- El II Certamen internacional de relatos breves "La cerilla mágica", dotado con un premio de 1.000 euros ya tiene ganador. Se trata del relato Ensayo sobre los coleccionistas del español David Villar Cembellín.
Este relato compartirá la edición del libro digital que Publicatuslibros.com edita con los otros nueves finalistas que han sido:
El devorador de libros de Jorge Salvador Galindo; Incunables de Antonio Manuel Jiménez Guardia; Tesoros de papel de Joan Ampurdanés Vila; Un lejano sabor a tinta y papel de Manuel Martín González; Aniquilación de las bibliotecas de Francisco Tejedo Torrent; El catálogo imposible de Miguel Barreras Alconchel; El habitante de la biblioteca de Raquel Rodríguez Pérez; Historias de la Central de Pilar López Cantero y El misterio de la puerta cerrada de Adrián Néstor Escudero.
El II Certamen internacional de relatos breves "La cerilla mágica" se convocó en septiembre de 2007 y está patrocinado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En la edición de este año que tenía como motivo "la biblioteca", se han recibido un total de 205 obras provenientes de 18 países de todo el Mundo: Argentina, Cuba, República Dominicana, Uruguay, Chile, Venezuela, Italia, Francia, Colombia, Marruecos, Honduras, México, Israel, Suecia, Perú, Canadá, Paraguay y España.

05 diciembre, 2007

mirando al suelo



Voy a compartir una de las grandes verdades de la vida, que a mí me contó mi hermana Angela -sin tilde, que se cabrea- y que yo he podido comprobar por mí misma: el objeto que más hay en las calles de todo el mundo son clips. Me lo contó cuando fuimos a visitarla a Trento y esos días recogió unos cuantos. Desde entonces, en un mes yo he acumulado unas dos decenas, que ahora están desperdigados por los bolsillos de mis abrigos y por mis bolsos pero que pronto tendrán una vida mejor juntos en una cajita. Hoy mismo he encontrado uno un poco oxidado en una acera, y otro en un paso de cebra que he dejado abandonado porque se me ponía en rojo el semáforo. Y no puedo dejar de pensar en el pobre clip que se ha quedado allí abandonado, sin nadie que vuelva a hacer de él un objeto útil. Demasiada filosofía para un trozo de alambre, pero me he puesto trascendental en estos días en los que me preocupa tanto el recuerdo y también el olvido: el miedo a olvidar, el miedo a que me olviden y de un tiempo a esta parte el miedo a no poder olvidar y seguir adelante. A pesar de que Miss Doña -mi neurona loca, lo pone en el perfil- me haga tener estos delirios psicomaníacos con cosas como ésta, yo seguiré mirando al suelo y recogiendo clips. Y si algún día me encuentro un billete de 50 euros, se lo tendré que agradecer a ellos, y bueno, invitaré a Angela a unas cervecitas.

04 diciembre, 2007

encadenados

Ya he enviado a La Voz de Linares la que será mi última columna: otra cosa más que me da penita. Parece que fue ayer cuando Javi me pidió que escribiera una, casi por accidente, y ya me quedé casi de sección fija, con mi foto de pija con cintitas en el pelo y el título de "Arenas de soledad", por la canción de Habana Blues. Es una oportunidad que nunca dejaré de agradecerle porque gracias a ella he podido decir a los tres lectores y medio que tengo todas las tonterías y las burradas que se me pasaban por la cabeza, y también me sirvió casi de pasaporte para entrar en la beca de Efe. Gracias a Javi y a mis tres lectores y medio (el propio Javi, Antonio, una mujer de Linares que me reconoció por la foto y algún ocasional).
------------------------------------------------------------------------------------------------
ENCADENADOS
Un amigo que frecuentaba la casa de ocupas en Sevilla que acaba de ser desalojada me ha dicho que tiene el corazón roto. Yo lo tengo dividido, porque no sé si pensar que son unos héroes o unos sinvergüenzas. Lo cierto es que es admirable que estos chicos se atrevieran a llevar sus principios hasta las últimas consecuencias –encerrarse en un precario zulo atados con cadenas-, en esta sociedad en la que lo más reivindicativo que hacemos es quejarnos de lo mal que va el mundo y sumarnos a esos inútiles apagones de cinco minutos contra un dudoso cambio climático que nos amenaza desde un horizonte incierto. La resistencia que han ofrecido es todo un ejemplo para los que mantenemos nuestro culo bien sentadito en el sillón a verlas venir sin hacer nada por cambiar las cosas. Por otro lado, cabe preguntarse qué derecho tenían a que decenas de bomberos y policías estuvieran dos días apostados allí intentando averiguar cómo sacarlos sin que se les derrumbara todo el tinglado encima de los que estaban atados y de ellos mismos. Toda la operación que se ha montado ha costado un dineral que ahora tendrán que pagar los sevillanos de su bolsillo. Pero lo cierto es que los ciudadanos en general ya nos gastamos unos cuantos euros en pagar oficialismos, fastos y organismos que sirven para muy poco, por decir que sirven para algo. Y ese obsceno aparataje de propaganda para que nos creamos que con nuestro dinero se va a hacer algo verdaderamente útil. Sopesando los dos lados de la balanza, y aunque se pueda discrepar de las ideas y de las formas, prefiero quedarme, si no con admirarlos, al menos con entenderlos. Nos dicen que los jóvenes sólo sabemos hacer botellón e irnos de fiesta, y no es verdad, pero sí es cierto que es difícil encontrar a alguien que tenga algo más que buenas ideas, que se levante contra esta sociedad atontada y atolondrada. Si tengo que elegir como modelo revolucionario entre el aprovechado de Al Gore y los dos locos éstos, me quedo con los locos, que al fin y al cabo han pasado unos cuantos años organizando un montón de actividades culturales en un barrio abandonado. El mundo seguirá girando, pero al menos queda la esperanza de que todavía hay gente capaz de plantarse y darle algo de sentido a aquella manoseada y ya tópica frase del “No pasarán”.

01 diciembre, 2007

vértigo

Todos los que me conocéis y habéis tenido oportunidad de cruzar conmigo un puente (o simplemente verme subida a una silla) sabéis que sufro de un vértigo exagerado e irracional que me paraliza por completo y que, en resumen, me pone histérica. Hoy, que es el primer día de diciembre, es decir, de la cuenta atrás, he descubierto una nueva modalidad de vértigo. Al fondo de la escalera veo una vida nueva que empiezo con ilusión, pero también con miedo y también con pena. Me asomo desde arriba -o desde abajo- y no soy yo la que me paralizo, sino que son el tiempo y el espacio los que se detienen. Me siento como en suspenso, como en una burbuja, como dentro de un paréntesis (curioso, cuando en realidad salí de mi paréntesis hace ya un mes). Y no sé si quiero que el tiempo vuele o que se detenga y pasen treinta años antes de mañana como dice M-Clan.