16 marzo, 2010

una canción me trajo hasta aquí

Hoy me salvó de mi pozo de pensamientos un correo de publicidad de Warner Music, que me dio la mejor noticia del día. ¡Nuevo disco de Jorge Drexler!
Y no un nuevo disco cualquiera. Aún no he sido capaz de escuchar completo "Amar la trama" porque vuelvo una y otra vez a las canciones que ya he escuchado y he conseguido cargar desde su página de Internet. Hace ya creo que cuatro años de su último albúm de estudio, "12 segundos de oscuridad", que aunque me gustó porque soy una incondicional, dejaba un amargo sabor de boca... Ya pensaba que se le habían acabado las canciones de amor a Drexler, y ha llegado ahora con una orquesta y temas como "Tres mil millones de latidos": Hay gente que es de un lugar/no es mi caso/yo sólo estoy aquí de paso. O "La trama y el desenlace", pura filosofía de vida: Dos paseantes distraídos/ han conseguido que el reloj de la arena de la pena pare/ que se desvelase/ y así seguir el rumbo que el viento trace.
Ir por ahí sin esperar que algo pase. Amar la trama más que el desenlace. Porque "Los destinos finales están sobrevalorados. Planificando el futuro se pierde el durante", como dice el uruguayo en una mini-entrevista que publica El Mundo hoy, en el que también asegura que uno no elige de quién se enamora pero sí puede elegir de quién no enamorarse, algo con lo que estoy completamente de acuerdo.
Mientras escribo me sigue salvando el día Drexler con "Los transeúntes".
Me podría quedar a vivir en sus canciones. En ese optimismo que se nota que le cuesta sacar. Porque los mejores optimistas quizás sean aquellos que una vez al mes o cinco veces al año lo ven todo del negro más negro. Pero ya lo decía Drexler, que no es la luz lo que importa en verdad, sino los doce segundos de oscuridad. Importa porque cuando vuelve a brillar la luz, le sirve de guía al barco.
Me voy a seguir salvando el día, de pronto feliz a pesar de lo nublado que ha estado hasta ahora. Una canción me ha traído hasta aquí.