27 mayo, 2008

el toro por los cuernos

Veis que al final Miss Doña se está adueñando del blog! Que yo no quiero y la empujo y le tiro pellizcos pero es que me domina!
En fin, que ayer fue uno de los peores días de mi vida, pero lógicamente eso quiere decir que había un 90 por ciento de posibilidades de que hoy fuera mejor y así ha sido. No para tirar cohetes, pero mejor sí.
Siempre he presumido ante mí misma de mi capacidad para aguantar carros y carretas (sí, no pongáis cara de emoticono del messenger con la boca abierta, no he dicho en ningún momento que lo haga sin quejarme), pero hoy me he dado cuenta que debajo de eso se escondía una Miss Doña cobarde que prefería aceptar lo que viniera que luchar contra ello. Así que me he puesto el traje de faena y al trabajo a las ocho de la mañana y he hecho un pedazo de resumen de prensa que hasta me han felicitado, y he empezado a llamar a los departamentos para que me pasen informes sobre carreteras, puertos y transportes (uy, que se me está poniendo subidito de tono el post!). Y a empollar toca! Un día de estos...de momento el Plan Pista, que contribuirá enormemente a la mejora de las comunicaciones en Andalucía y a vertebrar la región a través de las infraestructuras y a contribuir a su cohesión en el ámbito nacional y europeo -y lo digo sin ningún ánimo de manipulación, eh?- está ahí enfrente en el sofá cama que las niñas han desterrado a una esquina del salón del piso de Virgen de Luján para poner en su lugar...una mesa camilla! De eso no comment, de la mesa camilla digo.
Y bueno, no os creáis que por aquí todo están siendo obras públicas y obra social de Miss Doña, que el sábado estuvimos en la feria de Córdoba y me pasé allí doce horas como una campeona. Bueno sí, al final me quejaba un poco joder, que hay que decirlo todo, y sí, me fui antes, pero me lo pasé genial y me bebí ochomil cubatas y me subieron entre el hermano y el primo de Gema a la silla de la reina -gracias a ello media caseta me vio las bragas, pero también gracias al alcohol ninguno se acordará nunca- y me transformé en...Ramba! Yo que iba en plan hippy de la paz con mi cinta en la cabeza y me ponen Ramba, aunque creo que peor eran los que me decían Pocahontas... Y has oído al lobo aullarle a la luna azuuuul (oye qué fumaba la india esa, la Luna no es blanca? Pa mí que la pipa de la paz llevaba aliño de la Pir)
En resumen: he aprendido en estos días, aunque sea a hostias, que puedo con esto y más, y que llega un momento en el que hay que plantar cara a las cosas, y si no te gustan, intentar cambiarlas, y si no puedes cambiarlas o no pueden cambiarse o no quieren o simplemente el mundo está en contra tuya y no entiendes nada, puedes hacer el procedimiento Gema de ir al grifo, poner el vaso debajo, llenarlo y beber agua (joderse, en términos de la calle) o tirar palante como sea. Y yo elijo, de nuevo, que ARRIBA LA ESTEBAN!

26 mayo, 2008

aaargggg!!!

ME ESTÁ SALIENDO TODO MAAAAAAAAAAAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Efectivamente, cuando todo puede salir mal, todo sale mal. Trabajo y amor, principalmente, que es decir mucho, aunque no todo, por fortuna. Menos mal que tengo a mis niñas de este y otro lado del charco para animarme y echarme broncas cuando sea necesario.
El positivismo va a llegar...
ARRIBA LA ESTEBAN!

22 mayo, 2008

de vuelta!

Ayer me dijeron dos cosas muy bonitas: que mi vuelta es como una luz en el camino y que no deje de escribir.
Sevilla sigue, por fortuna, absolutamente igual que cuando me fui; de hecho parece que simplemente he pasado un fin de semana fuera.
El primer taxista que me llevó (de la Alfalfa a Virgen de Luján, donde esperaban mis amigas que se quedaron descompuestas cuando me vieron abrir la puerta, fue uno de los momentos más emocionantes que he vivido!) me dijo que el mundo es una mierda. Pero así con su acento sevillano: "mira los hipi esoh, llenoh de mierda, si eh que el mundo eh una mierda y te digo una cosa, si mañana me diheran que va a caé un metorito der tamaño de Andalusía y nos vamoh a distinguir todos como loh dinosaurioh, yo sería felí! Y me pasaría un meh bebiendo, pero gratis! loh hipi estoh, fumando porroh toldía y sin trabajá, SIN TRABAJÁ NI NÁ!". Vamos, eso es un resumen del momento en el que me dije a mí misma: sí señor, estoy en Sevilla. Creo que el enfado del hombre venía porque había ganado el Sevilla y él es del betis, y al final me dijo que no, que no cayera ningún "metorito" que yo aún soy joven y tengo que vivir muchas cosas.
Con mis niñas, las de Jaén y las de Sevilla, como si no hubiera pasado el tiempo. Trovador sigue ahí con Enca detrás de la barra y Clara sentada en el taburete y Mari Carmen diciendo que nos bajemos pabajo y Ana y yo dicendo tonterías. El piso de Virgen de Luján volvió a ser punto de reunión para las niñas más descastadas del mundo, que llevaban sin verse casi desde mi fiesta de despedida pero fue como siempre, como si nos despertáramos juntas cada mañana en la residencia.
Las parejas siguen siendo parejas. Y los tríos, siguen siendo tríos...
Los porteros de las discotecas siguen siendo gilipollas y para entrar en los sitios sigue haciendo falta tener un mínimo de tres apellidos o que al gorila de turno se le desconecte su neurona de neardental durante diez segundos, pero nosotras igualmente siempre encontramos donde pasarlo bien (véase ayer, primera salida hasta las 7 de la mañana!)
No se me hace raro que los taxis sean blancos en lugar de negros, que me digan tú en lugar de vos y ustedes en lugar de vosotros. Puedo coger el teléfono, el avión, el boli, el autobús... por fin puedo coger sin tapujos!
He descubierto el centro y me gusta tanto que me he enfadado un poco conmigo misma, mira que pasar cinco años aquí y no haber ido nunca por pura manía!
Ayer abrí mi maleta y nos ha invadido!
Y sí, todo genial. aunque al que va a ser mi jefe no le hace mucha gracia que yo venga porque dice que soy muy joven. Aunque tenga que tomar una decisión dificil. Aunque los propietarios sevillanos no hayan escuchado nada llamado "crisis de la construcción" y sigan poniendo los pisos a precios astronómicos.
Soy feliz!

19 mayo, 2008

el año que escapé del invierno

La abuela, que a sus sesenta y pico años aún se echa rímel y eyeliner todos los días, llamará a la niña que mira por la ventana (su nieta? una sobrina? la vecina de abajo?) y le preguntará:
- ¿Te he contado alguna vez cómo fue cuando me escapé del invierno?
La abuela volverá a contarle a la niña, que volverá a simular interés porque en el fondo le tiene cariño a esa viejita, que un año vivió un verano y luego una primavera y luego un verano y luego un otoño, y que ese año viajó casi 100.000 kilómetros (siempre fue exagerada y siempre le falló la memoria), y que vio lagos turquesas, hielo azul y el infierno en el agua. Le contará que aprendió a cruzar carreteras entre camiones que rugían y camioneros que rugían también porque, le dirá no sin rastro de vanidad, ella en aquella época estaba bastante mona, y de todas formas en aquel lugar no hacía falta ser nada del otro mundo para llegar a casa con una decena de piropos por el camino: alguno bueno, muchos regulares y alguno grosero (sobre los que tanto discutieron con cubalibres sin limón, mojitos o caipirinhas por delante).
Le contará que se comió el equivalente a cien vacas. Que trabajó en el campo, en una sala de baile y sobre un autobús sin techo. Que fue a un partido de fútbol donde el fútbol era lo de menos y que se enfadó una y mil veces con la lentitud de los camareros, los heladeros, los porteros y todos los eros del país, cuyo ritmo se parecía más al Caribe que tan lejos les queda que a ese mito de Europa al que tanto dicen parecerse. Que disfrutó muchos domingos paseando por el mercadillo con: broches de la abuela, collares hechos con monedas, zumo de naranja con naranjas enmohecidas, bandas de música, parejas de baile, extranjeros despistados, carteristas avispados, terrazas con porrón de Quilmes y Coca-Cola Light o Mirinda de naranja, cafés en el limonero y tostadas con dulce de leche.
La abuela recordará que en esos ciento diecisiete días en los que logró escaparse de la que siempre fue la estación que menos le gustaba, aprendió tanto sobre sí misma y sobre el mundo que la rodeaba como si hubieran sido ciento diecisiete meses. Recordará, y le contará riendo a la niña, que conoció a dos chicas estupendas, sí, esas dos que tengo en las fotos de mi pared con las que un día casi nos congelamos y luego casi nos da un ataque del cabreo después de que un presunto pintor con casco naranja les estafara una mala caricatura por un retrato.
La abuela le contará que una vez que pasó el invierno de allí de donde llegó huyendo volvió allí de donde huía, y que añoró mucho aquel invierno de verano pero decidió ser feliz y no olvidarlo nunca ni desaprender lo aprendido.

Aunque haya decidido no arrepentirme, siempre cabe la posibilidad, pero lo cierto es que por mucho que llegara a lamentarlo nadie me quitará nunca lo que he vivido estos meses. Por el momento lo único que me importa es daros las gracias a quienes me despedisteis con un abrazo y a los que me recibisteis también con los brazos abiertos. No sé si seguiré teniendo cosas que contar por aquí o si dejaré de escribir para no aburriros con temas de puentes y consejeras o si acabaré descargando aquí todo lo que se le ocurra a Miss Doña (en ese último caso, huid de aquí u os volveréis locos). Todo se verá, como todo.

La abuela, que se dará cuenta de que la niña está aburrida de escuchar su historia de nuevo, se callará de pronto y mirará el invierno por la ventana. Y sonreirá y pensará: ¡que me quiten lo bailao!

09 mayo, 2008

jueves porteños

Los jueves cenamos en Pedro Telmo, una pizzería de mala muerte donde ponen las mejores pizzas del mundo y donde está el camarero más alegre de Argentina. Bueno, alegre es una palabra demasiado light para él, más bien es...excéntrico. No, no, definitivamente, está como una cabra, pero es encantador! (y agotador también, no me imagino escuchándolo 24 horas con él mientras dice "síííííí bellesas bomBÓN de dulce de leche!!!" o "toTALmente LADYSSS!!!!") Mientras derrocha su simpatía por las mesas y reparte pizzas y empanadas, el dueño, Daniel, se quita y se pone las gafas y mira al cielo y luego nos mira con cara de resignación y sonríe.
Luego, con la panza a reventar, vamos a la milonga, donde se pueden tomar copas por 3 pesos que sirve un viejo con bigote fino de caballero antiguo en una barra de mil años. Aunque no, no tomamos esas copas por mucho encanto que le den al lugar, tenemos un mínimo aprecio a nuestro estómago! Vamos allí a ver como bailan tango. No he aprendido ni un paso de tango porque me recuerda al mundo cofrade, muy encerrado en sí mismo y muy el-tango-es-como-la-vida y demasiado profundo de esos de "siente el abrazo del otro" q a mí me dan ganas de mandarlos a todos a por pan. Pero verlo sí que me gusta. Es un baile muy sensual y es curioso ver cómo la mujer se deja llevar por un hombre que a lo mejor acaba de conocer y los dos siguen el ritmo perfectamente.
Después del tango viene Emiliano en el Café del Árbol.
Me darán de lado me quitarán mi escaño, sólo porque te amo...
Ojalá pase algo que te borre de pronto, una luz cegadora, un disparo de nieve...
Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres...
No te pares, sólo es una forma más de demorarte...
Y aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia comandante Che Guevara...
No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón, tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo...

Emiliano del Río es cantautor y todos los marte y todos los jueves canta por Sabina, Serrat, Serrano y otros en el café del Árbol de la plaza Dorrego. Los primeros meses me ponía muy triste y no quería ir, pero ya me he acostumbrado y he aprendido nuevas canciones que nunca había escuchado, y he pensado que a lo mejor la Carbonería se parecía un poco a esto y nunca le di una orpotunidad. Gracias a Ale, a su cabezonería y a su cansinismo por ir todos los jueves, puse a Emiliano y a Agustina en mi vida y les dije hola a Silvio y a Ismael, que también los tenía desterrados por pura manía.
Noches de jueves en San Telmo: pizza, tango y cantautores; Italia, Argentina y España; aquí, allí y allá. Nuestro barrio.

05 mayo, 2008

dale bo!

Mi última peripecia porteña ha sido ir a un Boca-River sin entrada y verlo en la barra brava (lo que allí son los ultrasur, pero más a lo mafia con pistolas y eso cuando se ponen farrucos). Tal cual!
Este fin de semana han venido a visitarnos Fuencis y Gerard, los efebecarios que están en Santiago de Chile, y hemos estado gestionando con nuestros amigos chungos del albergue que nos consiguieran entradas en la reventa. Cuando ha llegado el día, ni entradas, ni acreditación de prensa, ni ná de ná, así que decidimos irnos directamente al estadio a ver si conseguíamos ver "el superclásico". Con la advertencia de los argentinos miedicas (ya os he hablado de su obsesión por la inseguridad) de que ni se nos ocurriera ir a "popular", lo que en España es preferencia.
En cuanto llegamos nos abordó un morocho diciendo "tickets, tickets? two hundred, tickets!" a lo que nosotros contestamos airados "que somo españoles!!!". La cosa parecía fácil. Le pagábamos 200 pesos, es decir, 40 euros, y el chaval nos entraba a la cancha. Así de sencillo, ¿no? Pues obviamente, no. Nos juntamos un grupo de 20 personas que tuvimos que seguir a paso ligero a un nota con gorra que todo el rato hablaba con el móvil. Pero cuando llegamos al perímetro policial -ya que las calles están cortadas varias manzanas alrededor de la Bombonera- el tío entró sin nosotros y vino un gordo a decirnos que parecía que estaba mal la cosa para entrar. A todo esto, en la cara de los policías que, obviamente, sabían de lo que iba el asunto. El tío afortunadamente volvió, y lo que siguieron fueron DOS HORAS yendo detrás de él de un lado a otro del barrio, rodeando el perímetro para ir una puerta y luego a otra, la mayoría del tiempo corriendo. Vamos, que hicimos más calentamiento para el partido que los propios jugadores! Mientras, se rumoreaba que nos llevaban a "la doce", que es como se llama el sitio donde se ponen los barrabravas más duros de Boca y donde el follón está más o menos garantizado con la entrada -o con el cuele, en su defecto-.
Entre pitos y flautas, y sospechando que de un momento a otro el tío se iba a largar y nosotros habríamos gastado 40 euros por un personal trainer de un día, nos dio tiempo a charlar con algunos de "nuestro grupo". Y me encuentro con un chaval que vivió en Madrid, vaya! Y que jugó en el Atleti. Y que fue durante un año y medio compañero de piso de Fran, el ex novio de Mari Carmen! Vamos que se acordaba de ella y todo! El mundo es un pañuelo de mocos, desde luego.

Y para no demorar más el clímax, sobre todo porque ya he dicho que entramos, pues sí, conseguimos entrar! Tuvimos que soportar algunos empujones, chivarnos de que algunos que intentaban entrar no habían pagado porque hombreya, pa eso nos habíamos pegado la corretá, subir por unas escaleras llenas de meao porque se ve que a los hinchas de Boca lo del váter le parece una aberración del progreso pero...salimos a las gradas en medio del barrunto de miles de personas jaleando a Boca y preparados para el espectáculo. El partido, la verdad, fue una caca de la vaca (1-0 para Boca con gol por falta), y ni siquiera lo veíamos bien porque los de la grada de arriba colgaron una megabandera que tapaba la portería de enfrente, pero el ambiente era increíble. Como estábamos justo donde los hinchas más hinchas, no pararon de cantar en todo el partido, y nosotras jaleamos como la que más! Había inlcuso una orquesta con sus trompetas y todo que empezaba las canciones, y más de uno y más de dos no miraron ni un minuto del partido sino que se dedicaban a desgañitarse con todas sus ganas y a jalear a la grada para que no le faltara aliento a Boca de su corazón, que suscita pancartas con lemas como "Por vos daría la vida", para que veáis que lo del Lopera ni es fanatismo ni es ná.
Un espectáculo que más que ver, hay que vivir. Aquí un trocito del superclásico, incluyéndome a mí animando como si fuera bostera desde la cuna!
Dale Bo, dale dale Booo!!!!