05 diciembre, 2007

mirando al suelo



Voy a compartir una de las grandes verdades de la vida, que a mí me contó mi hermana Angela -sin tilde, que se cabrea- y que yo he podido comprobar por mí misma: el objeto que más hay en las calles de todo el mundo son clips. Me lo contó cuando fuimos a visitarla a Trento y esos días recogió unos cuantos. Desde entonces, en un mes yo he acumulado unas dos decenas, que ahora están desperdigados por los bolsillos de mis abrigos y por mis bolsos pero que pronto tendrán una vida mejor juntos en una cajita. Hoy mismo he encontrado uno un poco oxidado en una acera, y otro en un paso de cebra que he dejado abandonado porque se me ponía en rojo el semáforo. Y no puedo dejar de pensar en el pobre clip que se ha quedado allí abandonado, sin nadie que vuelva a hacer de él un objeto útil. Demasiada filosofía para un trozo de alambre, pero me he puesto trascendental en estos días en los que me preocupa tanto el recuerdo y también el olvido: el miedo a olvidar, el miedo a que me olviden y de un tiempo a esta parte el miedo a no poder olvidar y seguir adelante. A pesar de que Miss Doña -mi neurona loca, lo pone en el perfil- me haga tener estos delirios psicomaníacos con cosas como ésta, yo seguiré mirando al suelo y recogiendo clips. Y si algún día me encuentro un billete de 50 euros, se lo tendré que agradecer a ellos, y bueno, invitaré a Angela a unas cervecitas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PIIIIILLLL!!!
Ya me he colao a ver tu blog. Me gusta mucho, y ya sabes q a mi también me apasionan los temas q tratan a cosas tan pequeñas y desconocidas como los clips callejeros!( qué me dices de las fotos de carnet? porq ultimamente me he fijao q tb hay muchísimas por las aceras, lo q pasa es q me da un poco d mal rollito cogerlas, no sé por qué. Seguro q terminaba como el d Amelie haciendo álbumes y trabajando en un sexshop).
AILOVIU LITEL PIL