17 diciembre, 2007

fiesta de hastaluego

Tinto, cerveza, langostinos, ensalada de pasta, quiche casera, amago de tartazo en la cara, fotos, llanto, risas, conga, simulacro de incendio, cigarro en el patio, fregona, bombero stripper, bombilla que explota, un tanga dentro de una rosa, premio para la más sociable, marquitos de cuadros y vaqueros y de pana con botones o con botones caídos, competición para la bebida más cutre, zona vip en la cocina, asociaciones para hacer desfiles... Y sobre todo gente a la que quiero. No os podéis imaginar cómo me sentí el sábado en la fiesta, viéndoos a todos pasarlos bien y simplemente estar ahí, venir a despedirme antes de que me embarque en esta aventura. Aunque en los meses que me esperan sabéis y sabemos que encontraré a otra gente que me querrá y a la que querré -porque se conoce que soy muy entrañable-, también debéis saber que a vosostros no os olvidaré nunca. Os quiero muchísimo y os llevaré siempre dentro vaya donde vaya, y aunque esto sea la cursilada más grande que haya dicho en mucho tiempo me da lo mismo, porque es así, como la vida. En el avión no me monto hasta el 8 de enero, así que hasta entonces no me pienso despedir. Además, lo del sábado fue sólo un hasta luego. Luego puede ser un café esta tarde en La Campana -mira que están malos y caros los cafés y mira que siempre está petado y seguimos yendo- o un café dentro de dos meses en una cafetería junto al obelisco, o un café dentro de un año en La Campana o en cualquier otro sitio, pero desde luego, habrá un luego. Gracias a todos por estar en la fiesta y sobre todo por estar en mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y voy y lo leo antes de entrar en clase...ay pil