19 agosto, 2009

nocturno

Las cuidades croatas son para vivirlas por la noche.
Para cenar el primero de muchos bocadillos en el puerto de Dubrovnik viendo la muralla iluminada y recordando las últimas noticias, como el incendio del que ciertas individuas salieron medio borrachas o la pelea entre Pipi y Jimmy Jiménez Arnau.
Para dormir en un banco de piedra fuera de la terminal de ferrys.
Para ver a unos jipis haciendo un espectáculo de fuego en el peristilo del palacio Diocleciano de Split, que hace las veces de terraza de verano para un restaurante llamado, cómo no, Luxor.

Para ir en busca del atardecer en Zadar llegar justo en el momento en el que sol de esconde, pero cenar después escuchando un órgano marino y pasar una hora haciéndonos fotos en una representación luminosa del planeta Tierra.


¡Para hacer una carrera y la que pierda se tatúe una araña!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también sigo tu blog desde el otro lado del charco... Menuda maravilla de viaje. Sigue "reportando", beso enorme.

Teresa

Pillary dijo...

Gracias guapa! Tu destino tampoco esta nada mal :) Besos!

Juanjo López dijo...

Sí que son fascinantes las ciudades croatas, de noche. Yo estuve en pleno verano, y también me senté en el persitilo del Palacio de Diocleciano. A medianoche las piedras todavía conservaban el calor del sol. Por cierto, las dos fotografías están muy conseguidas ;)