06 septiembre, 2009

llegó septiembre

Y al fin llegó septiembre y el otoño, afortunadamente acompañada. Hoy le dije a Angie hasta pronto a gritos en la estación de autobuses porque tenía que pagar para entrar en los andenes, después de diez días en los que
nos encontramos dos horas tarde en Udine después de que se rompiera la machina y una caminata por a carretera mientras yo tomaba café en el McDonalds,
salimos a una discoteca de Ljubljana en el último piso de un bloque, que se llamaba evidentemente Top y donde nos tomamos un chupito de tequila por cuatro euros,
desayunamos burek de queso a las cinco la mañana,
subimos a la fortaleza para luego no pagar los dos euros de la torre y aprendimos a decir "Nisem noseča" -"no estoy embarazada" en esloveno-
entrevistamos en un centro okupa a un hombre al que le robaron media vida por no tener documentos,
viajamos en el compartimento del tren con un hombre al que yo miré mal en la estación porque estaba haciendo fotos en nuestra dirección y luego resultó ser español, muy simpático y ex secretario de Estado,
cenamos una vez más la ensalada Amor del Nocturno en Zagreb,
comimos en mi jardín favorito donde un día me sentí muy feliz,
pasamos una noche en un tren-tartana de la tía tere donde una se quedó catacroker y a otra no durmió en ocho horas,
paseamos por el Festival de las Abejas y comimos en el pabellón de los Juegos Olímpicos de Invierno del 84,
hicimos una frustrada fiesta del tinte que al final nos terminó enmarronando -"que yo nunca he hecho nada malo! que yo nunca me he drogao!",
recorrimos los 20 metros que se conservan del túnel utilizado para abastecer Sarajevo durante el sitio de los noventa (el más largo de la historia moderna del que hemos decidido aprender más),
aguantamos las lágrimas mientras una kosovar asentada en Bosnia nos contaba como vivió la guerra, con un trozo de metralla que encontró en su tejado sobre la mesa,
dormimos en una sala de espera para niños de la estación de Belgrado, con dibujos de los Aristogatos y Dumbo,
nos pusimos chorreando en la fortaleza mientras mirábamos la confluencia del Danubio y del Sava y nos enfadamos con unos serbios que odiaban Sarajevo,
recorrimos un millón de veces la calle peatonal y acabamos todas las noches en el barrio bohemio, donde no va nadie desde la época bohemia,
vimos los relevos con los que cada año las Juvetudes Comunistas felicitaban a Tito por su cumpleaños,
nos reímos con una pandilla de abuelos bailando un baile tradicional mientras muchos otros miraban y otros jugaban al ajedrez
y sobre todo no nos quedó claro: ¿¿¿tenemos el pelo morado, rojo o rosa???

Twin sorelini en la confluencia de los ríos Sava y Danubio (Belgrado, Serbia)


GRACIAS POR TODO!!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

te quierooo un poquito solo!!!
pero te sigo por tu blog...
me he acordado de ti hoy porque al pasar por el carril del picon he visto el piso de los okupas tapiado,¿¿al final terminaste llamando a la poli??
pd: sabes quien soy?? :-)

Pillary dijo...

exito absolutooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo creo que lo he adivinado!! sí o no? :D

ire del resi. dijo...

hace mil que no veo a tu hermana. está hecha toda una mujer :oP dale besos de mi parte.

Anónimo dijo...

exito absoluto! .-))cuidate mucho guapa ya quiero un abrazo tuyo!!

Anónimo dijo...

Pili, ayer fue el cumpleaños de Mili.
FDo. Mili!
jajajajajajaja
q tal tu vida? y la del con-suerte? no sé ná de ná!!!