02 diciembre, 2009

oda a regina

Puede que la idea de hacerse nueve horas en autobús con un conductor que se cree de la Paramount Comedy (los autobuses para otro post) para ver a una cantante rusoamericana que canta sentada en un piano no suene demasiado atractiva. Menos aún si hay que esperar una hora de cola a cero grados y la cantante en cuestión no llega hasta dos horas más tarde, y encima el sonido falla en la primera canción y casi no se oye su voz. Sólo merece la pena si ella es Regina Spektor.
Regina, a la que conocí gracias a Ague (“Pil, hay una cantante que hace ruiditos raros y creo que te gustaría”) es una de esos “artistas secretos” que tanto mola conocer. Le habré dicho a unas treinta personas que iba al concierto y sólo tres o cuatro sabían quién es. Pero la diferencia entre que Regina sea tu secreto y que lo sea la Banda Sinfónica de Antananarivo o los Deep Fried Turtles on The Rock –es decir, las típicas bandas de diez fanes- es que Regina mola. No te gusta porque es guayista: te gusta porque te gusta.


Te gusta porque sonríe todo el rato y tiene el pelo regular peinado pero va normal. Porque en una canción dice que se queda en una playa soñando con los delfines y se pone a imitar el canto de los delfines. Porque después de la mitad del concierto en el piano se levanta y se saca de la manga una canción a capella teorizando sobre cómo son los hombres según el color de sus ojos (“de los de los ojos azules no hay que fiarse, y lo sé yo que tengo los ojos azules”, dice) para luego decir que en realidad todo eso no son más que chorradas y generalizaciones estúpidas sobre el color de los ojos (“y además lo digo yo que tengo los ojos azules”), que de noche no se ven. Porque canta “On the radio”, que se ha convertido en mi mantra, o “Us”, una canción de amor que no habla mucho de amor pero es preciosa, o “The Calculation”, donde hace un ordenador con macarrones, o “Après moi”, una canción en inglés con estribillo francés y estrofa en ruso en la que no se oye ni un alma, sólo ella aporreando el piano.
Regina te gusta porque es Regina.
This is how it works: you’re young until you’re not
I have a perfect body cause my eyelashes catch my sweat
Hey remember that time when I only ate boxes of tangerines
With my slip showing a little like a drunk but not
It was so easy and the words so sweet
If I kiss you where it’s sore will you feel better?
Two birds on a wire
After me comes the flood
And the Bible didn’t mention us not even once
But God can be funny
Hold on one more time with feeling
So we made our own computer out of macaroni pieces
And it’s contagious, and it’s contagio-u-u-u-u-us.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

cómo me hubiese gustado ir Pil...escríbeme un correíto o algo y cuéntame cosas. Un beso muy grande.Ag

Paul Asto Valdez dijo...

Que envidiea, realmente me hubiese gustado poder verla... y tienes razón, se trata de la cantante-compositora-músico que te gusta proque te guta, pero que sobre todo, no puede dejar de gustarte al oirla cantar esas historias de amores apesadumbrados y situaciones desilucionates, con cierto toque de humor negro...
buen post... felicidades
y una vez más...
te aclaro la envidia sana, pero que es envidia al fin y al cabo...
U_U